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La obesidad puede terminar en Chile

miércoles, 19 de marzo de 2008

Concuerdan en que es necesario un consenso entre los sectores productivo, ciudadano y académico.

La angosta faja de tierra que caracteriza al país nada tiene que ver con la silueta de más del 60% de su población. El sobrepeso y la obesidad ya son dos grandes problemas de salud pública que, a juicio de expertos, ameritan una intervención inmediata.

Bajo este panorama, cinco especialistas mundiales en programas antiobesidad (ver recuadro) expondrán en la Cumbre de Nutrición y Salud que se realizará la próxima semana en la sede del Congreso, en Valparaíso.

La idea es conocer de primera fuente las claves que permiten a un país disminuir las prevalencias de obesidad y de otras enfermedades crónicas relacionadas con una mala alimentación.

Uno de ellos es el médico Pekka Puska, quien logró disminuir en 75% las enfermedades cardiovasculares en Finlandia, su país de origen, con un programa que cambió los hábitos alimentarios y de vida de los cinco millones de habitantes.

Semáforo alimentario

Parte fundamental del éxito del programa que el doctor Puska aplicó durante 30 años en su país es la existencia de políticas públicas que incentiven y faciliten las transformaciones culturales que es necesario que adopte la población. "Hay que partir en los colegios y convencer a padres, niños y profesores de los beneficios de una buena alimentación", comenta el médico.

En el encuentro también participarán representantes del empresariado, la ciudadanía, políticos y expertos en nutrición.

La idea es que al finalizar el encuentro se firme un documento que contenga los lineamientos que deberá seguir Chile para lograr bajar su alta prevalencia de obesidad, la que afecta al 25% de los adultos y adultos mayores, al 7,4% de los niños menores de 6 años y al 19% de los escolares de 1° básico, según datos del Ministerio de Salud.

El encuentro coincide con el impulso que el Gobierno se comprometió a dar al proyecto de ley que regulará la venta y publicidad de los alimentos "no saludables", al que el Ejecutivo aseguró le pondrá urgencia.

Así lo informó ayer la ministra de Salud, María Soledad Barría, durante la presentación de la cumbre que, según la secretaria de Estado, significará "un reimpulso de la lucha contra la obesidad en Chile".

El senador Guido Girardi, uno de los gestores de la iniciativa legal, cree que la urgencia permitiría que el proyecto sea ley durante 2008, con lo que se podría comenzar a aplicarla, progresivamente, a partir de 2009.

Específicamente, la iniciativa propone una especie de "semáforo" nutricional, en el que los alimentos con altos contenidos de azúcar, sodio y grasas trans lleven una etiqueta de color rojo que advierta a la población sobre su característica poco saludable. En cambio, aquellos que estén libres de estos aditivos llevarán una etiqueta de color verde que dará cuenta de su condición de producto "saludable".

Girardi espera que este proyecto, que ahora se encuentra en la Comisión de Salud del Senado, se pueda discutir en la sala de la Cámara Alta una vez que culmine la cumbre. De ahí deberá pasar a la Cámara de Diputados.

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