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Dieta mediterránea y artritis

domingo, 23 de marzo de 2008

Los efectos de la artritis reumatodia pueden ser aminorados con la dieta mediterranea

Los pacientes con artritis reumatoidea podrían reducir su alto riesgo de infartos con una dieta estrictamente vegetariana y libre de gluten, afirma un estudio.
Los infartos al miocardio y accidentes cerebrovasculares están entre las principales causas de muerte de los pacientes de artritis.

Esto se debe a la inflamación causada por el impacto de la enfermedad en las arterias.

Pero según un nuevo estudio, los pacientes que siguen una dieta estrictamente vegetariana tienen menores niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL) o colesterol "malo".

Al bloquear las arterias, el LDL es visto como un factor de riesgo de problemas cardiovasculares.

Los investigadores del Instituto Karolinska, en Estocolmo, afirman además que otro de los beneficios de la dieta vegetariana es que eleva los niveles de anticuerpos naturales en el organismo.

Estos pueden actuar contra las sustancias dañinas que causan los síntomas inflamatorios de la artritis reumatoidea, como la fosforilcolina.

Otros expertos afirman sin embargo, que aunque este tipo de dieta podría reducir el LDL, los pacientes quizás no logren obtener con ella suficientes nutrientes.

"Es natural que con una dieta vegetariana bajen los niveles de todo lo que es grasa, sobre todo colesterol y fundamentalmente el LDL" dijo a BBC Ciencia el doctor Alfredo Arturi, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología.

"Pero eso no significa que mejore el fenómeno artrítico", agrega.

"Porque no debemos olvidar que el colesterol y todas las grasas se necesitan para la formación de las membranas celulares" agrega el experto.

Inflamación

La artritis reumatoidea es una enfermedad crónica autoinmune que se caracteriza por la inflamación de las articulaciones.

Según el estudio, publicado en Arthritis Research & Therapy (Investigación y Terapia de Artritis), el riesgo de estos pacientes de sufrir infartos podría reducirse con una dieta que excluya los productos animales y el gluten.

El gluten es una sustancia que se encuentra en el trigo, avena, centeno y cebada.

Los científicos sometieron a 38 voluntarios a una dieta con un consumo diario de 10% de proteína, 60% de carbohidratos y 30% de grasas.

Ésta incluía nueces, semillas de girasol, frutas y verduras, mijo y maíz y una fuente diaria de calcio obtenida con leche de ajonjolí.

Otros 28 voluntarios siguieron una dieta saludable que consistía en aproximadamente la misma proporción de proteínas, carbohidratos y grasas.

Se controló que las grasas saturadas no superaran más del 10% de consumo diario de energía, y que se eligieran a menudo productos de grano integral.

Los resultados mostraron que los que siguieron la dieta vegetariana lograron una reducción del nivel total de colesterol y particularmente una reducción en la cantidad de LDL, o colesterol malo.

Grasas

Los voluntarios sometidos a la dieta no vegetariana no mostraron variaciones importantes en dichos niveles.

Pero tal como señala el doctor Arturi, "para hacer aseveraciones como ésta necesitamos probar a miles de pacientes, no a 30 pacientes".

"No existe ningún factor protector para la artritis -agrega- pero no podemos obviar las grasas en la alimentación".

"Porque es una parte necesaria para el funcionamiento de las membranas de todas las células".

"De lo que sí se ha hablado desde hace varios años es del efecto de los aceites omega-3, provenientes de pescado de aguas profundas, que son menos agresivos que los aceites convencionales", agrega.

"Así que en la dieta, como en todo, ni mucho ni poco -afirma el reumatólogo- y una dieta equilibrada es lo más adecuado".

La obesidad puede terminar en Chile

miércoles, 19 de marzo de 2008

Concuerdan en que es necesario un consenso entre los sectores productivo, ciudadano y académico.

La angosta faja de tierra que caracteriza al país nada tiene que ver con la silueta de más del 60% de su población. El sobrepeso y la obesidad ya son dos grandes problemas de salud pública que, a juicio de expertos, ameritan una intervención inmediata.

Bajo este panorama, cinco especialistas mundiales en programas antiobesidad (ver recuadro) expondrán en la Cumbre de Nutrición y Salud que se realizará la próxima semana en la sede del Congreso, en Valparaíso.

La idea es conocer de primera fuente las claves que permiten a un país disminuir las prevalencias de obesidad y de otras enfermedades crónicas relacionadas con una mala alimentación.

Uno de ellos es el médico Pekka Puska, quien logró disminuir en 75% las enfermedades cardiovasculares en Finlandia, su país de origen, con un programa que cambió los hábitos alimentarios y de vida de los cinco millones de habitantes.

Semáforo alimentario

Parte fundamental del éxito del programa que el doctor Puska aplicó durante 30 años en su país es la existencia de políticas públicas que incentiven y faciliten las transformaciones culturales que es necesario que adopte la población. "Hay que partir en los colegios y convencer a padres, niños y profesores de los beneficios de una buena alimentación", comenta el médico.

En el encuentro también participarán representantes del empresariado, la ciudadanía, políticos y expertos en nutrición.

La idea es que al finalizar el encuentro se firme un documento que contenga los lineamientos que deberá seguir Chile para lograr bajar su alta prevalencia de obesidad, la que afecta al 25% de los adultos y adultos mayores, al 7,4% de los niños menores de 6 años y al 19% de los escolares de 1° básico, según datos del Ministerio de Salud.

El encuentro coincide con el impulso que el Gobierno se comprometió a dar al proyecto de ley que regulará la venta y publicidad de los alimentos "no saludables", al que el Ejecutivo aseguró le pondrá urgencia.

Así lo informó ayer la ministra de Salud, María Soledad Barría, durante la presentación de la cumbre que, según la secretaria de Estado, significará "un reimpulso de la lucha contra la obesidad en Chile".

El senador Guido Girardi, uno de los gestores de la iniciativa legal, cree que la urgencia permitiría que el proyecto sea ley durante 2008, con lo que se podría comenzar a aplicarla, progresivamente, a partir de 2009.

Específicamente, la iniciativa propone una especie de "semáforo" nutricional, en el que los alimentos con altos contenidos de azúcar, sodio y grasas trans lleven una etiqueta de color rojo que advierta a la población sobre su característica poco saludable. En cambio, aquellos que estén libres de estos aditivos llevarán una etiqueta de color verde que dará cuenta de su condición de producto "saludable".

Girardi espera que este proyecto, que ahora se encuentra en la Comisión de Salud del Senado, se pueda discutir en la sala de la Cámara Alta una vez que culmine la cumbre. De ahí deberá pasar a la Cámara de Diputados.